¡Papá, mamá quiero un perro! ¡Papá, mamá quiero un gato!
Estás serán las frases más repetidas de estas navidades. Y os decidiréis por adoptar o comprar un animal. Elegiréis el que más os guste y para casa. Todo muy bonito.
Pero después, ¿qué pasará? ¿Os habéis parado a pensar todo lo que hará y lo que supondrá tener un animal en casa? Deberíais pensarlo.
Un animal es un miembro más de la familia. Os va a suponer gastos de veterinario (claro, ellos también se ponen malitos), tendréis que sacarlo a pasear, se hará sus necesidades en casa, romperá cosas hasta que aprenda lo que tiene que hacer y lo que no. Es como un niño chico.
No pensar en el después supone un gran aumento del abandono animal después de estas fechas.
Así que estas Navidades, piénsatelo, y si sabes que no vas a poder mantenerlo, cómprate un PELUCHE.
Se responsable, los animales no son juguetes. Requieren entre 10 y 20 años de compromiso afectivo y económico.
Regala objetos, no seres vivos.
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